El primer día nos presentan la Fundación y todos quedamos impactados, pues es enorme.
Portugal dos Pequenitos es un lugar precioso donde nosotros hacemos las prácticas, pronto conocemos a las personas que trabajan allí, a cada cual más simpática. El trato que recibimos constantemente nos hace sentir como en casa. El buen rollo inunda el parque y las risas ponen la banda sonoras a las horas que allí pasamos haciendo todo tipo de actividades, aprendiendo de todos nuestros compañeros, haciendo pompas gigantes de jabón, globoflexia, espantapájaros, murales, huevos de pascua... Interactuamos con los niños que van al parque y hacemos alguna manualidad o actividad con ellos.
El balance semanal es inmejorable, y ya tenemos ganas de que empiece la nueva semana, con muchas más fuerzas y ganas.
BEA (ASCYT)